Se consideraba Nikola Testla como un genio loco con una personalidad muy peculiar. Su rostro adulto presentaba una expresión neutral, se oculta detrás de esos ojos una poderosa máquina de pensar. Crear, dejar su huella, conquistar, esclarecer secretos, demostrar su valor superándose y superando a los demás fueron los principales motores de su personalidad.

Un ser especial al  margen del orden establecido

Su rostro estrecho nos indica que tenía una personalidad híper sensible, selectiva, independiente. Para él era importante marcar su diferenciación, valoraba lo único, lo especial, lo singular y lo personal. Tenía una necesidad profunda de realizarse a través de una creación intelectual relacionada con proyectos de gran envergadura, dejando su huella. Sus propios criterios, valores y creencias eran implacables. Por ejemplo negó parte de los grandes avances teóricos de la ciencia de su tiempo. Las fuerzas de su marco óseo proyectado le movían en una conquista hacia adelante sin parar. Pero la oposición entre el movimiento proyectado de su frente inclinada y el movimiento hacia atrás de sus ojos encavados se traducía por una fuerte voluntad de analizar sistemáticamente  todo de forma detenida antes de tomar una decisión y al vez un gusto por la aventura y la toma de riesgo. Su frente alta y ensanchada en su parte superior le daba la capacidad de visualizar posiciones que permitía establecer orden y control. Su mente funcionaba para poder definir y clarificar problemas y desarrollar soluciones para prepararse para el futuro. Las ideas le venían con rapidez y fuerza, como tormentas y relámpagos. El control de sus receptores para retener este torrente de fuerza interior le generaba una lucha interior entre estas dos fuerzas pero su alto nivel de tonicidad le ayudaba a canalizar este antagonismo de su funcionamiento intelectual en nombre de la eficacia. Le generaba reacciones extremas: o frenaba muy fuerte para intentar controlar todo o se lanzaba en proyectos nuevos sin medir realmente los riesgos. Sus decisiones tendían a ser imprevisibles: podía estar dudando mucho o zanjar las cosas de forma impulsiva Sus alternancias de comportamiento no eran fáciles de entender para su entorno y eran una fuente de estrés para él.

Una mente analítica y aventurera

Necesitaba plantearse nuevos retos de forma constante y empezar nuevos proyectos desde cero para demostrar su valor. Exploraba el mundo por él mismo. Las modas, las mayorías y las tendencias generales no encajaban para nada con su carácter. Su librepensamiento le permitía formular muchas hipótesis que podía después tratar de comprobar. Su inspiración era lo novedoso, las posibilidades aún no desarrolladas y la fe en el, independientemente de la opinión de los demás. Era perfeccionista e idealista. Confiaba mucho en su intuición, quizás más que en los sistemas establecidos que solamente le servían de punto de referencia. Inspirarse de cosas nuevas, innovar formaba parte de su forma privilegiada de funcionar. Analizaba todo lo que vía, escuchaba y sentía: su cerebro tendía a estar atento a cada detalle. Funcionaba en modo prueba-error, lo que le daba la capacidad de reconocer cuando sus argumentos eran equivocados y reconocer sus errores

En su obsesión por el conocimiento, pasaba muchísimo tiempo en su propia mente y esto podía sacarle de la realidad por ser tan absorbido en su mundo de ideas.

Un introvertido pasional solitario

A nivel emocional era un ser introvertido. Protegía tanto su terreno emocional que se sentía incapaz de relacionarse emocionalmente con los demás. De ahí que tienda a ser una persona  teórica, reservada y solitaria. Escondía sus emociones a una mayoría y las expresaba a un muy selecto grupo de personas cercanas. La contención de sus emociones se derivaba a su vida intelectual y dinamizaba la creatividad de su mente. Pensaba y analizaba sus emociones. 

«No hay emoción más intensa que ver un invento funcionar, y esa emoción hace que uno se olvide de todo: de comer, de dormir…».

Nikola Tesla

Reservado por naturaleza, podía ser frío, cínico y tener poco tacto. Era provocador,  podía encontrar fácilmente el punto vulnerable o sensible de la gente y poner a prueba su estabilidad mental y emocional, dejando a las personas sin argumentos con su mente veloz y ocurrente. La lógica y la razón eran sus dos pilares de escrutinio. Y tendía a mostrar indiferencia hacia personas que no consideraba interesantes y/o de valor. Limitaba de forma estricta sus relaciones interpersonales a las personas alrededor de su trabajo. Durante su vida evitó todo tipo de  relación afectiva porque según él este tipo de relaciones le hubiera hecho perder la objetividad en su trabajo creativo. Le llevó a tener una vida muy solitaria. Detrás había un miedo importante del fracaso que le complicaba entrar en relación con personas del otro sexo.

Las relaciones personales eran un punto débil importante para el, no comprendía fácilmente los rituales sociales. No esperaba cariño y empatía de los demás sino sensatez y franqueza. Su naturaleza reservada y distante complicaba las cosas y no le hacía fácil de interpretar. 

Afirmarse por la concreción de sus ideas

La sexualidad en su caso no era una forma de afirmarse personalmente. Su virilidad pasaba por la necesidad imperiosa de crear realizaciones concretas con el objetivo de conseguir un reconocimiento social (estadio fálico de la personalidad a nivel intelectual). Los retos y la competición eran medios de probar su valor y esto constituyo un motor increíble para él que le empujará sin parar en hacer nuevos descubrimientos y ponerlos en práctica.

Tenía un carácter muy pragmático que lo aplicaba en todo y para todo bajo el criterio: ‘¿Esto funciona?’. Este carácter pragmático se asociaba un alto nivel de auto-disciplina enfocada en conseguir resultados tangibles. Los placeres físicos eran totalmente relegados a un segundo nivel. Se sabe que dormía y comía poco y que se imponía duras normas de trabajo con horarios interminables. Su nivel de auto exigencia era muy (para no decir demasiado) alto, y llegó a padecer del trastorno obsesivo compulsivo.

Su nivel instintivo en retracción nos indica que no trataba de expandirse en el mundo material, carecía de cualquier ambición empresarial y se quedó sin dinero al final de su vida. Vendió todas sus patentes y falleció en la más extrema pobreza, dejando un sinfín de trabajos y documentos con los que otros se harían ricos.

Era un ser muy intuitivo e introvertido que no se estancó nunca intelectualmente en su búsqueda de la perfección. Combinaba un gran poder de imaginación con un alto nivel de precisión y de fiabilidad técnica. Hoy en día Tesla es considerado por muchos como el mejor inventor del siglo XX.