Fue un filósofo y ensayista español que ejerció una gran influencia en la filosofía española y en la filosofía iberoamericana del siglo xx.

Ortega y Gasset

Ortega era un hombre con una gran capacidad intelectual y una máquina de pensar incansable. Fue el exponente principal de la teoría del perspectivismo y de la razón vital.

El perspectivismo es una doctrina filosófica que sostiene que toda percepción e ideación tiene lugar desde una perspectiva particular es decir desde un punto de vista cognitivo. Lo que implica que no hay forma de ver el mundo que pueda ser considerada definitivamente «verdadera», pero no propone necesariamente que todas las perspectivas sean igualmente válidas.

Una de sus obras más destacables fueLa rebelión de las masas’ escrita en 1929 en la cual nos hace reflexionar sobre el vitalismo y la relación entre el individuo y su entorno. Nos invita a actuar como seres individuales responsables de sí mismos y a separarnos de las masas que actúan por instinto. Y nos avisa que si actuamos como grupos gregarios la propia democracia se verá amenazada.

Cuando estudiamos su cara, llama la atención la alta tonicidad general y los movimientos de contención en los 3 niveles. Tenía un carácter estructurado para organizar y dirigir, responder ante desafíos con decisión y eficacia, para poner en práctica todas sus cualidades intelectuales analíticas.

Sus rasgos masculinos omnipresentes en su cara le daban una fuerte orientación hacia la eficiencia y productividad.

De forma instintiva e inconsciente, sus fuerzas vitales privilegiaban más la defensa de su mundo interior que el aprovechamiento y la conquista del mundo exterior. Es lo que llamamos un marco retraído y en el caso de Ortega y Gasset se trataba de una retracción moderada.

 

Ortega y Gasset

 

Ese movimiento de retracción de su marco óseo significa que su principal fuente de energía vital se conectaba más con el mundo interior de sus ideas y de sus experiencias, más que el mundo exterior de la gente y de las actividades.  Nos indica que era una persona con un fondo selectivo, que necesitaba un entorno a medida para desplegar su potencial.

Una mente intuitiva pero muy trabajada por la reflexión

Tenía una mente muy intuitiva como todos los intuitivos, quería perseguir un sueño. Cuando para muchos cumplir un sueño es cosa de utópicos, no lo era para José Ortega y Gasset porque su personalidad se caracterizaba por la disciplina, el orden, la lógica y el empeño. Estaba dispuesto al sacrificio y a asumir responsabilidades y trataba a toda costa de entretenerse en lo que no tenía importancia. Utilizaba su intuición esencialmente para concebir posibilidades y tener ideas que podía utilizar para concebir nuevas doctrinas.

Analizaba y estructuraba el mundo que le rodeaba de una manera lógica y racional. Tenía una gran capacidad para abarcar problemáticas en su conjunto y identificar las relaciones complejas dentro de un conjunto. No le preocupaba las tareas cotidianas. Lo que le motivaba eran nuevos desafíos.

Era muy perfeccionista. Le gusta tomar la posición de liderazgo en cualquier actividad y proyecto porque considera que nadie más tiene la capacidad resolutiva y de voluntad de hacerlo de una manera correcta.

Todos los que estaban colaborando con él debían  cumplir unos altos estándares para estar al nivel que él debía exigir. Por lo tanto muchas personas cercanas de su entorno le podían percibir como una persona prepotente y mandona. En ocasiones Ortega podía expresar lo que sentía sin tener muy en cuenta cómo podía ser percibido por los demás.

Ortega y Gasset

La emoción contenida

Era un hombre imponente a nivel social. Su inteligencia podía seducir y enamorar a muchas personas de su entorno pero la expresión emocional no era su punto fuerte.

Tenía un carácter social pero se separaba de sus emociones y esta distancia la debía padecer de forma directa un gran número de personas. Especialmente en un entorno intelectual, Ortega debía tolerar a las personas que consideraba ineficientes, incompetentes o vagos. En su mente, las manifestaciones emocionales se podían asociar a muestras de debilidad. Su trato en las relaciones íntimas podía ser complicado.

En el plan íntimo le resultaba difícil expresar lo que sentía más allá de sus directrices puramente lógicas y racionales. Podía tener tendencia a tratar las personas como si estuvieran a su servicio y no tolerar que sus logros superasen a los suyos.

La concentración unilateral en la meta laboral dejaba reprimidas muchas emociones y necesidades que podían estallando desproporcionadamente el día que fallaba la válvula de seguridad.

Las emociones y los instintos estaban al servicio de su vida intelectual.

Ortega y Gasset

Su sombra

En su testarudez por la consecución de sus planes y sus metas podía llegar a ser duro y desconsiderado con los demás.

Tendía a no sentir demasiada empatía hacia los débiles, incluidos quizás hasta sus hijos.

No tenía buen perder, y por ello tardan mucho en aceptar que un plan les ha fracasado.

Pueden no apreciar las colaboraciones de los otros ni sus méritos, no otorgar a los que se lo merecen suficiente reconocimiento y llegar a ser muy desagradecidos.

Tendía a no encajar bien las críticas y en momentos de estrés podía atacar con fuerza a quien ponía en entredicho su capacidad.

Un genio con estilo muy personal y asequible

Con un estilo considerado elegante y original, era un poco el Steve Jobs de la filosofía española, teniendo una personalidad parecida al genio de la informática. No quería dejarse atrapar por los dogmas, tenía claro lo que quería llegar a ser y tuvo el coraje de seguir su intuición. Utilizaba su energía, determinación e inteligencia para lograr sus objetivos.

Para él, la felicidad se encontraba en la alegría de conseguir su meta. No le importaba que le percibieran como una persona insensible, lo importante para él era ser percibido como una persona eficiente y un pensador brillante.

Tenía un estilo claro y accesible. Nos dejó muchas grandes frases para reflexionar. Os he seleccionamos 3.

Sobre la importancia del autoconocimiento

“Camino lento, no te apresures, que el único lugar a donde tienes que llegar es a ti mismo”.

Muy a menudo nos olvidamos que lo más importante no está ahí fuera, sino en el interior de cada uno y nos vamos olvidando y posponiendo lo fundamental: llegar a nosotros mismos.

Sobre la importancia de la responsabilidad

“Muchos hombres, cómo los niños, quieren una cosa pero no sus consecuencias”.

Efectivamente, quien no se responsabiliza vive en la estabilidad, el victimismo y la culpa. Y nos recuerda que responsabilizarnos de las consecuencias de nuestros actos implica madurez emocional.

Sobre el proceso de construcción de la realidad

“Hay tantas realidades como puntos de vista. El punto de vista crea el panorama”.

Es una reflexión que tenemos que tomar en cuenta en nuestras conversaciones con los demás. Porque cada persona crea su mundo y filtra a partir de este mundo todo lo que acontece a su alrededor. Y de ahí nacen muchos malentendidos.